Una de las preguntas que me ocupa y que forma parte de mis 12 problemas favoritos, es esta:

¿Cómo crear y escribir a través de un proceso que sea versátil, informal y divertido?

Christine Temple fue una neurocientífica de enorme reputación que trabajó como investigadora y docente en la Univesidad de Essex. De su pasión por el arte y los procesos creativos enfocados desde la neuropsicología nació este libro, Picasso’s Brain: The Basis of Creative Genius (no está traducido al español, pero sería algo así como «El cerebro de Picasso: la esencia de la genialidad creativa»).

La autora expone en los primeros capítulos una serie de procesos físicos (sinaptogénesis y mielinización) que ocurren en el cerebro y que afectan al funcionamiento de los lóbulos frontales, desde el nacimiento hasta adultez temprana que resultan en el fortalecimiento de la inhibición y la tendencia a un comportamiento limitado y restringido.

La inhibición es, según esta definición, «la capacidad del ser humano para inhibir o controlar las respuestas impulsivas (o automáticas), y generar respuestas mediadas por la atención y el razonamiento».

Cuando nos hacemos adultxs tendemos a perder la inocencia con la que lxs niñxs juegan, lo lúdico suele dejar de tener cabida en el trabajo. De lo que no solemos ser conscientes es de que una actitud lúdica y una aproximación más relajada a nuestro trabajo es favorable y enriquecedora para nuestros procesos y para el trabajo en sí. Con trabajo creativo no me refiero solo al arte, sino a cualquier tipo de trabajo que requiera que tú manipules, mezcles, inventes y mejores cualquier cosa con la que tengas que interactuar en tu trabajo. Los procesos creativos están presentes en nuestro día a día: desde proponer una nueva forma de ordenar la casa con tus hijxs, enviarle a tu jefx una plantilla que has creado para tomar notas en las reuniones, escribir un email, redecorar el escaparate de tu tienda, ser flexible con unx cliente y ofrecerle una solución diferente o hacerle un álbum de fotos a tu abuela por su cumpleaños.

Picasso mostró evidencia de poder variar su comportamiento inhibitorio, conservando el juego exploratorio y las asociaciones novedosas, pero al mismo tiempo siendo capaz de inhibir distracciones y respuestas irrelevantes a eventos que no eran de su interés. El resultado fueron largos períodos de intensa concentración trabajando en una tarea artística creativa.

Hasta ahora en el libro se obvia por completo la parte machista y la otra cara de Picasso. Estos largos períodos de intensa concentración creativa se ven desde otra perspectiva cuando te encuentras con artículos y fuentes como este artículo, sobre la relación de Picasso con su amante, Olga Khokhlova, la bailarina rusa:

«El pintor la abandonó mientras estaba embarazada y no fue hasta el nacimiento de Paulo, en febrero de 1921, cuando de nuevo surgió un impostado acercamiento entre ambos. La realidad fue que el artista estaba más motivado por inmortalizar con las acuarelas a su hijo, ya fuera vistiéndolo de Arlequín o montado en un asno, que por solucionar cualquier problema».

No olvidemos el contexto y la historia de Picasso: vivía por y para su arte, no tenía muchas obligaciones, hacía lo que quería y tenía a su amante / esposa de turno para hacerse cargo de la casa, de los niños y de las tareas.

Ya que no podemos ignorar el contexto, nos llevamos el tema a nuestro terreno. La pregunta es: ¿podemos controlar estos procesos inhibidores para que se puedan distender a veces y podamos centrarnos en otros, en un contexto más «de diario»? La idea es usar esta flexibilidad cognitiva a nuestro favor, no simplemente saltando de un estado a otro, sino trabajando de ambas formas de forma simultánea.

Y aquí está en mi opinión el auténtico quid de la cuestión: para que aparezcan asociaciones novedosas necesitamos de esos momentos de descanso, juego, experimentación, reflexión que deberemos tener presentes durante nuestro trabajo y así crear asociaciones novedosas que lo enriquezcan.

Al elaborar este gráfico me vienen más preguntas:

¿Cómo anadir serendipia y elementos lúdicos al trabajo creativo para enriquecerlo con otras ideas mientras estoy trabajando y creando y no en períodos separados de descanso?

Picasso usaba sus recuerdos para transformarlos en algo nuevo, combinando los originales con otras ideas e influencias. Al fijarnos en las versiones que hizo de otras obras (de Las Meninas, por ejemplo) se pueden ver claramente cómo mantenía las características de los originales pero alterando el enfoque, el tamaño o estructura. Es este aspecto dinámico que combina diferentes aspectos en la creación de algo nuevo lo que marcó la genialidad de Picasso y de otros muchos artistas.

Mientras leía este libro he conectado varias ideas que ya tenía a mano, como por ejemplo la pregunta del principio, la que pertenece a mis 12 problemas favoritos. Como escribe Sönke Ahrens en su libro El método Zettelkasten: «Al mantener deliberadamente preguntas sin respuesta en la cabeza, podemos rumiar sobre ellas, incluso al hacer algo que no tenga nada que ver con el trabajo y preferiblemente no requiera toda nuestra atención. Dejar que los pensamientos estén ahí sin enfocarnos en ellos le da al cerebro la oportunidad de lidiar con los problemas de una manera diferente, a menudo sorprendentemente productiva».

La originalidad nace al rechazar lo que nos han dado por defecto y explorando opciones que creemos que son mejores. El punto de partida es la curiosidad: preguntarse por qué y si lo que ya tenemos tiene que ser así o cabe la posibilidad de que sea de otra forma.

Es como dice Elizabeth Gilbert, con un tono muy poco neurocientífico pero no con menos razón:

Una vida creativa es una vida amplificada. Es una vida más vasta, más dichosa, una vida extendida y mucho más interesante. Vivir de esta forma, buscando y picando de forma continuada y obstinada las piedras preciosas que están escondidas dentro de ti, es un arte en sí mismo.

Escrito por:Guía Carmona

2 comentarios en “Lo que dice la neuropsicología sobre la genialidad de Picasso

  1. Pobre Picasso…. Su arte es importante, pero se perdió sin duda la creatividad radical que surge al amar genuinamente a un hijo y crecer con él. ¿Qué cotas habría alcanzado su arte si hubiese tenido la grandeza de atreverse a ello? Desgraciadamente, ya nunca lo sabremos.

    Me gusta

Deja un comentario